El hospital madrileño confeccionará un ensayo para controlar el rechazo del órgano sólido por parte del sistema inmune

El Hospital Universitario La Paz está preparado para poner en marcha un ensayo clínico con el objetivo de alcanzar un avance sin precedentes: reducir y, en algunos casos, eliminar la necesidad de inmunosupresores en pacientes que han recibido un trasplante de órgano sólido. Esto se lograría mediante la administración de células progenitoras hematopoyéticas, obtenidas de la médula ósea del mismo donante del órgano. Tras lograr disminuir las dosis de inmunosupresores en dos pacientes, tres expertos del hospital madrileño han decidido sumar esfuerzos para ofrecer a la comunidad científica evidencia que permita, a través de una terapia celular, que los pacientes toleren el órgano trasplantado sin que el sistema inmunitario lo rechace.

Para llevar adelante este ensayo, el hospital ha solicitado financiamiento a la convocatoria FIS del Instituto de Salud Carlos III y a la Fundación Mutua Madrileña, y espera obtener los recursos necesarios a lo largo de este año para seguir avanzando en esta investigación transformadora.

Antonio Pérez-Martínez, jefe del Servicio de Hemato-Oncología Pediátrica del hospital, es uno de los impulsores clave de este proyecto. En declaraciones a Redacción Médica, subraya que, aunque España es líder en donaciones de órganos y trasplantes, se habla poco de las consecuencias a largo plazo para los pacientes, quienes deben tomar inmunosupresores de por vida. Estos medicamentos pueden provocar serios efectos adversos, como infecciones, problemas metabólicos, cardíacos, endocrinos y renales, e incluso aumentar el riesgo de desarrollar tumores.

Estos efectos son especialmente significativos en niños, y Pérez-Martínez añade que, a pesar de la medicación, los órganos trasplantados eventualmente son rechazados y deben ser reemplazados, lo que agrava la situación debido a la limitada disponibilidad de órganos. Explica que, en el trasplante de progenitores hematopoyéticos, la inmunosupresión puede ser eliminada sin rechazo, lo que ha llevado a explorar esta posibilidad con órganos sólidos utilizando las células del mismo donante.

La investigación se apoya en la experiencia del propio Pérez-Martínez en el laboratorio de Megan Sykes en la Universidad de Columbia, donde aprendió técnicas avanzadas de monitorización que podrían confirmar si un paciente ha alcanzado la tolerancia al trasplante, permitiendo así reducir o eliminar la inmunosupresión.

Este ensayo de fase uno no buscará comparar resultados con terapias estándar, sino garantizar la seguridad de los pacientes, ya que implica un riesgo inmunológico significativo. Francisco Hernández Oliveros, jefe de Sección de Cirugía Pediátrica, destaca la importancia de esta línea de investigación para pacientes que solo tendrán una oportunidad de trasplante, subrayando la necesidad de explorar estrategias innovadoras.

Hernández señala que la idea de modificar el sistema inmunitario del receptor para aceptar el trasplante no es nueva, pero los avances actuales permiten una selección más precisa de los linfocitos. La visión es «engañar» al sistema inmune para que acepte el órgano como propio, y después de resultados prometedores en tres casos, el próximo paso es este ensayo clínico.

Carlos Jiménez Martín, jefe de Sección de Nefrología, completa el equipo de expertos y enfatiza que los efectos secundarios de los inmunosupresores pueden ser devastadores. La nueva estrategia se basa en la capacidad de las células progenitoras para comunicar al sistema inmune que el órgano trasplantado debe ser aceptado. Cita un caso exitoso en 2021, cuando se logró reducir considerablemente la inmunosupresión en una paciente trasplantada por cuarta vez.

El ensayo clínico se enfocará en pacientes con donantes vivos y genéticamente compatibles para minimizar riesgos. Jiménez asegura que la seguridad seguirá siendo la prioridad, incluso si eso significa que los primeros intentos no alcancen el objetivo deseado debido a la cautela con las dosis de células administradas.

Fuente: Redacción Médica

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