Tras 15 años con un control autónomo postratamiento de la infección, la paciente ha mostrado un mecanismo para librarse del virus diferente al de controladores de élite y de trasplantados de médula ósea a través de un grupo específico de linfocitos

Mantener a raya el virus del sida es uno de los anhelos de los investigadores. Lo que hasta ahora se consigue con tratamientos lo ha conseguido sin recurrir a ellos una paciente de Barcelona. Así lo ha comunidado el Hospital Clínic-Idibaps de Barcelona en la Conferencia Mundial AIDS 2022 en Montreal, Canadá. Se trata de un caso excepcional de curación funcional de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH): una mujer adulta, que después de dejar el tratamiento antirretroviral hace 15 años ha mantenido un control autónomo absoluto de la replicación del virus, que todavía lleva consigo pero en un volumen (carga viral) indetectable, en lo que se denominan reservorios.

Hasta ahora se han descrito otros controladores postratamiento como esta paciente barcelonesa pero ninguno con control absoluto a tan largo plazo como ella (15 años); lo habitual son días o meses. También se han documentado controladores de élite (tienen virus defectuosos o factores genéticos asociados con una potente respuesta inmune al VIH de un tipo de linfocito, las células T CD8+) y pacientes (conocidos como de BerlínLondres y Düsseldorf) curados tras, a causa de una leucemia, haber recibido células de donante adulto -de médula ósea y de células madre sanguíneas- con una mutación protectora.

Según ha informado el equipo del Clínic-Idibaps, en una rueda de prensa en Barcelona previa al congreso mundial, los avances en terapias han logrado cronificar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas infectadas, pero, aunque el tratamiento antirretroviral es efectivo para suprimir la replicación viral, el VIH persiste en los reservorios del organismo y, si se suspende la terapia, se recupera.

Ser controlador postratamiento implica que, como pasa en otras infecciones virales, a pesar de que el virus no está totalmente eliminado del organismo, el sistema inmunitario de la persona es capaz de controlarlo sin necesidad de fármacos.

Junto con la descripción del caso, el equipo del Clínic/Idibaps presenta en el Congreso AIDS 2022 su estudio, en el que describe los mecanismos inmunológicos particulares de la paciente.

La mujer, que quiere mantener el anonimato, fue diagnosticada en el estadio de infección aguda por el VIH y fue incluida en un ensayo clínico con tratamiento antirretroviral durante 9 meses y también con diversas intervenciones inmunomoduladoras con ciclosporina A, que es un inmunosupresor, durante las 8 primeras semanas.

La paciente no tenía factores genéticos clásicos asociados con el control del VIH y, es más, presentó una primoinfección grave, algo que no es habitual en controladores postratamiento ni en controladores de élite.

Por otra parte, se ha comprobado que la paciente no está infectada por virus defectivos, es decir, sus virus son viables porque han podido ser aislados y cultivados sin problema en el laboratorio. «A lo largo de estos años hemos encontrado una caída pronunciada y progresiva del número de virus en el reservorio, lo que sugiere un control por parte de la respuesta inmune«, ha explicado Sanchez-Palomino.

Los investigadores descubrieron, a partir de esa sospecha, que las células sanguíneas de la paciente son altamente resistentes a ser infectadas por el virus del VIH en cultivos in vitro, pero que sus linfocitos T CD4+ purificados son susceptibles a la infección por el VIH. Esto les indicó que otras poblaciones celulares de la sangre podían estar bloqueando la infección y podían estar contribuyendo al control del VIH.

La comunicación del excepcional caso de Barcelona en el congreso mundial la han liderado Núria Climent, investigadora del grupo Sida e infección por VIH del Idibaps, dirigido por Josep Mallolas, jefe de la Unidad de VIH del Clínic, del grupo de investigación Sida e infección por VIH del IDIBAPS y profesor del Departamento de Medicina de la Universidad de Barcelona (UB); Josep Maria Miró, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Clínic, jefe de grupo Idibaps y catedrático de Medicina de la UB; Juan Ambrosioni, médico de la Unidad de VIH del Hospital Clínic e investigador del grupo de Sida e Infección por VIH del Idibaps, y Sonsoles Sánchez-Palomino, investigadora del mismo grupo.

Todos ellos son investigadores del CIBER de Enfermedades Infecciosas (CIBERINFEC). En el seguimiento del caso y su estudio han participado otros investigadores del Clínic-Idibaps, la UB, el CIBERINFEC, el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona y el IrsiCaixa y el Instituto de Salud Carlos III.

CÉLULAS ‘NATURAL KILLER’ Y LINFOCITOS T CD8+, LA CLAVE DE LA CURACIÓN

Mediante un ensayo observaron que existe una fuerte inhibición del VIH promovida por dos tipos de linfocitos: las células ‘natural killer’, que forman parte del sistema inmune innato y constituyen la primera línea de defensa frente a diferentes patógenos, y los linfocitos T CD8+, que juegan un papel clave en la defensa de las células frente a virus y bacterias. «La gran novedad del trabajo es que hemos caracterizado a las células que consiguen el control del virus«, ha señalado Núria Climent.

Según el equipo, estas células son las responsables de lo que se llama respuesta innata y corresponden a células de memoria NK, del inglés ‘natural killer’, y linfocitos T citotóxicos, así denominados porque son los responsables de eliminar otras células.

«La paciente tiene niveles muy altos de las dos células, que podrían bloquear el virus o destruir las células infectadas consiguiendo así la curación funcional», ha indicado Climent.

El equipo, que después de la presentación de este excepcional caso en el congreso mundial seguirá con la investigación al menos para estudiar la genética de la paciente, cree que el caso abre la puerta a buscar la forma de que todas las personas infectadas tengan un volumen importante de células ‘natural kiler’ y linfocitos T citotóxicos y, además, de mucha calidad.

Aunque también está pendiente de averiguar si en otros pacientes tratados con antirretroviral más ciclosporina A se replicaría o no lo sucedido en esta mujer, que fue diagnosticada y tratada justo cuando estaba en la fase aguda de la enfermedad.

De ser así, generalizar este tratamiento a todos, o buena parte, de los pacientes con VIH permitiría que pudiesen estar años sin medicación. Esta opción para tratar de acabar a gran escala con la pandemia -hay que tener presente que una persona con una carga viral indetectable no puede transmitir la infección a otros (por vía sexual)- es, a juicio del equipo del Clínic/Idibaps, más realista que la de someterlos a todos a trasplante de médula ósea. Para lograrlo, además de comprobar si esta hipótesis es cierta, sería necesario también intensificar el diagnóstico precoz de la infección por el VIH.

«La curación funcional del VIH es un objetivo mucho más realista a mayor escala que la curación esterilizante (trasplante de médula ósea), por eso es tan importante entender los mecanismos subyacentes», ha añadido Ambrosioni.

Objetivo: convivir con el VIH sin tomar medicación

El tratamiento crónico mediante la combinación de antirretrovirales permite evitar la progresión del sida en la mayoría de los casos pero no erradica la infección por el VIH, supone un coste económico muy elevado y puede causar toxicidad. Además, si se abandona el tratamiento, el virus ‘reaparece’ en pocas semanas.

Según información del Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa) de Badalona, en Barcelona, uno de los principales objetivos de la investigación actual es conseguir que las personas que viven con el VIH puedan dejar de tomar la medicación, lo que se puede conseguir de dos maneras: erradicando el virus del organismo o consiguiendo la llamada curación funcional. Desde el IrsiCaixa trabajan en esta línea de investigación a través del estudio de diversas estrategias que podrían combinarse: vacunas terapéuticas (para personas infectadas), anticuerpos, fármacos que reactiven el virus latente, etc.

Para alcanzar la curación funcional, en el IrsiCaixa, estudian «la actividad del VIH en los reservorios, que son las células del cuerpo donde el virus permanece latente y despierta cuando la persona infectada deja de tomar el tratamiento. Mientras la célula se mantiene inactiva, el reservorio viral es invisible para el sistema inmunitario y para el tratamiento antirretroviral, que es incapaz de detectarlo y eliminarlo. El reservorio es el motivo por el cual hoy día el tratamiento se debe tomar de por vida, y hallar la manera de identificarlo, activarlo y destruirlo supondría un paso definitivo hacia la erradicación del VIH».

Fuente: El mundo.

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